DISRUPTORES ENDOCRINOS cap. 4ª.FTALATOS ...
- LAGA tech We care we are one Seguridad Salud y
- 13 abr 2017
- 5 Min. de lectura

ver mas en publicación: @LisardoAGA16007
PHTALATOS, FTALATOS.
Los ftalatos (de nafta) o ésteres de ácido ftálico son un grupo de compuestos químicos principalmente empleados como plastificadores (sustancias añadidas a los plásticos para incrementar su flexibilidad). Uno de sus usos más comunes es la conversión del poli(cloruro de vinilo) (PVC) de un plástico duro a otro flexible.

Los ésteres del ácido ftálico son los ésteres dialquílicos o arílicos del ácido benceno-1,2-dicarboxílico. El nombre ftalato deriva de la nomenclatura tradicional de ácido ftálico. Cuando se añaden a los plásticos, los ftalatos permiten a las moléculas largas de polivinilo deslizarse unas sobre otras. Los ftalatos presentan una baja solubilidad en agua y alta en aceites, así como una baja volatilidad. El grupo carboxilo polar apenas contribuye a las propiedades físicas de los ftalatos, excepto cuando los grupos R y R' son muy pequeños (tales como grupos metilo y etilo). Son líquidos incoloros e inodoros producidos por reacción del anhídrido ftálico con un alcohol apropiado (normalmente alcoholes de entre 6 y 13 carbonos).
Hasta 2004, los fabricantes produjeron unas 400.000 toneladas de ftalatos al año. Se empezaron a producir en los años 1920, y en grandes cantidades desde los 50, con el nacimiento del PVC. Los ftalatos más empleados son el DEHP [ftalato de bis(2-etilhexilo)], el DIDP (ftalato de diisodecilo) y el DINP (ftalato de diisononilo). El DEHP es el plastificador más usado con el PVC debido a su bajo coste. El BBzP (ftalato de bencilo y butilo) se usa en la fabricación de material para suelos basado en PVC. Los ftalatos con grupos R y R' pequeños son usados como disolventes en perfumería y pesticidas.
Los ftalatos se usan también con frecuencia en los esmaltes de uñas, adhesivos, masillas, pigmentos de pintura, juguetes de niños y en la mayoría de los juguetes sexuales.
En este último caso, el porcentaje de ftalatos usado en juguetes sexuales va desde el 40% hasta el 80% del peso total del producto, lo cual es mucho mayor que en cualquier otro producto que incluya ftalatos. Ya que los fabricantes deben lograr que sus productos sean lo más suaves posibles, no sólo agregan niveles de ftalatos mayores a los permitidos para fabricar juguetes de niños, sino que además adicionan una mayor cantidad de estabilizadores de zinc, plomo, estaño, bario o cadmio(metales pesados y tóxicos). No conformes con aumentar la dosis de ftalatos en el afán de lograr más utilidades, agregan a su fórmula materiales tóxicos tales como keroseno, aguarrás, biodiesel, diesel, aceite automotriz, creando así un cóctel letal para la salud humana, ya que estos juguetes son usados internamente.
Los juguetes de niños contienen de entre 20% a 50% de ftalatos del peso total del producto, y esas proporciones fueron suficientes para que muchos países prohibieran la fabricación y comercialización de esos juguetes por considerárselos un riesgo para la salud.
Ftalatos, los tóxicos que no desaparecen
A pesar de las regulaciones gubernamentales, la población sigue expuesta a los ftalatos.
Mientras se reduce el uso de los ftalatos prohibidos, aparecen otros nuevos no regulados.
A pesar de las regulaciones gubernamentales en torno al uso de los ftalatos (sustancia química que se añade a los plásticos para dotarlos de flexibilidad), una investigación estadounidense demuestra que la población continúa expuesta a este contaminante, presente en numerosos productos de uso cotidiano, como el esmalte de uñas, perfumes, plásticos, ropa, zapatos, materiales de construcción, envases de alimentos, etc.
Aunque la buena noticia es que "los estadounidenses están sometidos a un nivel significativamente menor de los ftalatos cuyo uso se prohibió en 2008 en artículos de niños, hemos visto que ha incrementado abruptamente la exposición a nuevos tipos de esta sustancia", afirma un grupo de científicos de la Universidad de California (San Francisco, EEUU).
Numerosos estudios han demostrado ya que estos compuestos alteran el sistema hormonal, sobre todo en varones y especialmente en niños. "Entran a través de la piel, por la vía respiratoria o digestiva, pasan al torrente circulatorio y por la sangre se distribuyen por todo el organismo, pasan a las células de los tejidos y en algunos tienen efectos tóxicos importantes (no de forma aguda, sino con el paso del tiempo), concretamente en el sistema hormonal", argumenta Luis Domínguez-Boada, profesor de toxicología de la facultad de Medicina de la Universidad Las Palmas de Gran Canaria.
Estas sustancias se vinculan "con malformaciones urogenitales en hombres y afecta al sistema reproductor masculino", puntuliza el experto. También "hay trabajos que relacionan estos componentes con otras enfermedades como las alergias y la dermatitis" y además, "parece que pueden producir alteraciones neurológicas, una asociación que aún se tiene que confirmar". No obstante, las personas más susceptibles de sufrir daños son los niños, ya desde el periodo de gestación.
En consecuencia, agrega Domínguez-Boada, tanto en EEUU como en la UE se empezó a regular su uso y se prohibió en juguetes y en cualquier material que pudiera estar en contacto con los menores. Sin embargo, y en la misma línea de la investigación estadounidense, en lugar de disminuir la producción global de esta sustancia, está incrementando, "sobre todo en el continente asiático, cuyo mercado, ante la prohibición de un ftalato, busca rápidamente compuestos con las mismas características y con la ventaja de no estar sometidos a regulación". Al fin y al cabo, "como la producción es global, sus productos no tienen fronteras y, por lo tanto, seguimos expuestos a este tipo de sustancias tóxicas".
Una realidad que queda reflejada en la investigación estadounidense, publicada en la revista Environmental Health Perspective. "Por primera vez", aseguran los propios autores, "un estudio examina cómo han ido cambiando las exposiciones a los ftalatos en una muestra representativa de la población estadounidense en el transcurso de una década (de 2001 a 2010)". Se analizó la presencia de 11 ftalatos en las muestras de orina de 11.000 personas que participaban en una encuesta nacional sobre salud y nutrición (dirigida por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades).
"Habíamos depositado muchas esperanzas en la obtención de resultados óptimos, sin embargo, lo que vimos fue que los ftalatos prohibidos habían sido reemplazados por otros nuevos no regulados, con los efectos adversos que pueden conllevar para la salud pública", argumenta una de las investigadoras, Ami Zota, de la George Washington University School.
Así como la exposición a los ftalatos BBzp, DnBP y DEHP (con prohibición permanente) fue significativamente menor, aumentaron considerablemente los niveles de nuevos ftalatos (DnOP, DiDP y DiNP) que el Congreso aún no ha podido prohibir a la espera de evidencias científicas sobre sus efectos nocivos. Concretamente, incrementaron entre un 15% y un 25% los dos primeros y casi un 150% los DiNP. Precisamente estos últimos han sido incluidos en California en una lista de productos químicos que pueden aumentar el riesgo de cáncer.
No es muy diferente en España. Según un estudio del Proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente, publicado en 2011), en el que se analizaron las muestras de orina de 120 embarazadas y de 30 niños hasta cuatro años de edad, la exposición a los ftalatos es generalizada e inadvertida. Se observaron concentraciones de estos compuestos en el 84% de todas las personas analizadas. Es decir, a pesar de las regulaciones gubernamentales, "el problema no se ha resuelto", subraya el experto español.
Además de las prohibiciones de los Gobiernos, comentan los autores del estudio, las industrias y los consumidores también juegan un papel importante en el control de sustancias tóxicas. Por ejemplo, desde 2004, más de 1.000 empresas se han puesto de acuerdo para eliminar algunos elementos químicos de sus productos (muchos de cuidado personal) e informar con mayor claridad de los compuestos que incluyen.
Iniciativas como ésta, quizás, son las responsables de que la exposición a los ftalatos DEP y DiBP (que no han sido objeto de restricciones gubernamentales) se haya reducido en un 42% desde 2001 y a los DiBP en un tercio (en EEUU).


BIBLIOGRAFIA:
http://www.greenpeace.org/espana/Global/espana/report/contaminacion/detox.pdf
https://es.wikipedia.org/wiki/Ftalato
http://www.elmundo.es/salud/2014/01/16/52d80d7922601dbc498b456b.html
Comments